Después de años de un modelo social y económico exitoso Chile cae, saqueado, quemado, atacado por huestes insensibles de anarcos, narcos y extremos políticos que se apoderaron de la queja de la mayoría de los chilenos basada sustancialmente en la desigualdad, inequidad, corrupción que ha corroído a las instituciones tanto del gobierno como privadas y falta de confianza en fiscales y jueces.

Hoy, la responsabilidad de volver a un estado en calma, corresponde al presidente de la Republica quien ha formulado varios proyectos de ley que van en dirección correcta, pero él tiene las herramientas y atribuciones necesarias para tomar el toro por las astas y lograr apaciguar la situación.

Llego el tiempo de terminar con la soberbia, la mediocridad, los abusos, la impunidad, la obligatoriedad y las amenazas de llegar a acuerdos políticos por terror, miedo e ilegitimo para plantear un Acuerdo de Paz y una nueva constitución, engañando a Chile con algo que no es el milagro que cambiara todo.

Los chilenos quieren soluciones prácticas e inmediatas para mejorar su calidad de vida con énfasis también en los valores éticos, del humanismo laico y republicano, recuperando el respeto, la solidaridad, la probidad, la excelencia, el mérito, etc. , terminando con la política farandulera y devolviendo la institucionalidad comprometiéndose con la dignidad del ser humano en completo equilibrio entre derechos y deberos, generando condiciones para conformar con tiempo, lo más plural y ciudadana una Constitución Política compartida y respetada para todos y por todos. 

CHILE AYUDANOS SEÑOR